miércoles, 12 de abril de 2017

The Maxx.


La mayoría de nosotros habitamos al menos dos mundos.

El mundo real, donde estamos a merced de las circunstancias,
Y el mundo interior, el inconsciente,
Un lugar seguro al cual podemos escapar.

The Maxx, él se mueve entre estos mundos en contra de su voluntad.

Aquí, desamparado, vive en una caja en un callejón.
La única persona que se preocupa por él, es Julie Winters, una trabajadora social independiente.

Pero en Pangea, el otro mundo, él es el amo de la sabana.
Y es el protector de Julie, su reina de la jungla.

Ahí él cuida de ella, pero siempre vuelve al mundo real.

Y yo, el viejo Mr. Gone, sólo yo puedo ver que el secreto que los une podría destruirlos.
Podría ayudarlos.

Bah, ¡al diablo!

Creo que me divertiré un poco con ellos primero.

Discurso inicial de Mr. Gone.
The Maxx, la serie.
  
A lo largo de este camino, me ha tocado dar análisis, interpretación, opinión, incluso conclusión preliminar a diversas historias cuyo contenido despertaba múltiples inquietudes sobre su significación tanto contextual como visceral. La presente cruzada es un cómic de varias complejidades a lo largo de su trayectoria, siendo sus temáticas dignas de mi atención a este espacio. La primera vez que me vi enfrentado a este tipo de narración, terminé irremediablemente confundido por los escenarios tan surrealistas que llegaba a dibujar y las diferentes conexiones que compartían los personajes entre sí. Sin embargo, una segunda, una tercera, incluso una cuarta lectura me ha permitido captar la esencia de esta magnífica travesía.


La historia, resumida con sencillez al principio de este documento, nos da a conocer al personaje de The Maxx, una especie de superhéroe de una sociedad contemporánea, quien comparte una extraña y fuerte conexión con una mujer llamada Julie Winters, una trabajadora social independiente. El ataque de Mr. Gone, un supervillano estudiante de artes místicas, y brutal asesino en serie, revela que la unión entre la muchacha y el vagabundo disfrazado encierra un misterio terrible, un secreto guardado celosamente por Julie acerca de su antigua vida. Estos primeros sucesos son la primer línea de acción que abrirá el panorama de muchos otros personajes que se irán uniendo a esta aventura, en un viaje único entre la fantasía y la realidad.
Uno de los temas que se destacan en los principios del presente cómic, son los símbolos de nuestro interior, aquellas figuras de nuestro inconsciente encarnadas en impulsos tanto de destrucción como de protección, y cómo tales formas obedecen a diversos momentos de nuestra vida. En últimas instancias, sé que un concepto como el inconsciente puede ser debatible hasta el cansancio, pero no olvidemos que cada cosa que ronda por nuestra cabeza tiene su origen por determinados sucesos, como también nosotros podemos elegir la iniciativa tanto de su creación como de su negación.


Otro de los temas a relucir de la trama es el anhelo, representado inequívocamente en la figura de Julie Winters. Sobra decir que este personaje es hecho con una brillantez desmedida, y dotado de una belleza simbólica soberbia. Con este personaje conocemos el dolor, la alegría, la moral, el rencor, el miedo, y las ilusiones infantiles deformadas por las vicisitudes de la vida.


Mr. Gone viene a ser una de las piezas clave dentro de la mitología de The Maxx, cuya sola presencia no puede ser definida únicamente como el antagonista de la historia. Este personaje, villanía a su máximo esplendor, encarna el instinto, nuestros deseos más profundos, al igual que las verdades que conocemos de nosotros mismos pero que no estamos acostumbrados a enfrentar continuamente.


La llegada del implacable villano conlleva a que nuestro querido superhéroe afronte como realidad las alucinaciones de su interior, así como la existencia de un reino metafísico llamado Pangea. El secuestro de Julie por Mr. Gone nos lanza algunas pinceladas del trasfondo del personaje, quien a pesar de haber tenido un pasado tortuoso, sigue prefiriendo la furia, con un toque de teatralidad, para resolver sus problemas.




Algo que me encanta en este primer enfrentamiento entre Julie Winters y Mr. Gone, es que se traza de forma especial esta mezcla entre lenguaje simbólico onírico y hechos vivenciales que atañen a la actitud de cada actor dentro de la trama. El villano, describiendo la vida de la mujer con sumo cuidado, denota que todo es una fachada para esconder una verdad aún más terrible, algo que Julie decidió olvidar para poder seguir con su vida. Claro, antes de poder revelarnos su auténtico origen, ella le corta la cabeza a Mr. Gone.
Haciendo uso de sus artes místicas, éste logra sobrevivir para un segundo enfrentamiento contra Maxx, quien decide contarle los auténticos orígenes de su protegida. Julie Winters era una joven estudiante universitaria en la carrera de arquitectura, quien una noche llega a ser víctima de una terrible agresión tanto física como sexual, que la deja en un estado casi moribundo; al salir del hospital, dejó su carrera dedicándose a la actividad de trabajadora social independiente, con la esperanza de aliviar el dolor de su pasado.




La realidad de esa violación dejaría una profunda herida en su espíritu, provocando un curioso despertar de habilidades místicas en su interior, y el inicio de las confusas andanzas del mítico superhéroe entre el mundo normal y el mundo imaginario. Ante eso, las posibilidades que engloban todo lo derivado al reino de Pangea y los espíritus protectores apenas daba inicio. A partir de aquí, se introduce un nuevo personaje conocido como Sarah, una adolescente solitaria y desadaptada socialmente, hija del sádico hechicero Mr. Gone.


A partir de aquí conocemos el mundo normal de esta nueva heroína, quien se la pasa narrando su perspectiva del entorno y su ambición de ser escritora. En un primer instante sabemos que Julie Winters sirve como terapeuta de Sarah, quien comparte su opinión acerca de las emociones y los conflictos con su ausente padre.


Pero más allá de todo eso, se nos regala un símbolo maravilloso en cómo estos personajes se proyectan mutuamente, una la figura de la adultez y la otra de la adolescencia, lo cual se vuelve un tanto irónico siendo que Julie es la que conserva más fe con respecto al porvenir, mientras que la pequeña se envuelve en sus constantes decepciones. Y cabe decirlo, este encuentro también nos promete el cómo el personaje de Sarah librará su propia aventura por los universos irreales del exterior en algún punto, pero de aquello hablaremos más adelante.


Más revelaciones se nos muestran en los siguientes números, donde Julie Winters tiene la oportunidad (o al menos así lo parece) de visitar el exterior, el reino de Pangea. Ahí ella tiene oportunidad de reencontrarse con algunos elementos de su pasado, donde se da a conocer más detalles con respecto a su infancia, como la figura de su protector y la identidad del superhéroe Maxx. El encuentro con una pequeña parte de Mr. Gone en el reino imaginario hacen que Julie comience a recordar la verdad que lo une al vagabundo disfrazado, como también se sabe que el hechicero diabólico y la trabajadora social se conocieron desde mucho antes.



Narrado desde el punto de vista de Mr. Gone conocemos su verdadera identidad, Artemis P. Gone, un hombre de vida conflictiva con las mujeres quien un día decidió visitar a un viejo amigo, y conoció a una pequeña llamada Julie. Como Artemis era un viajero en busca de respuestas, él pasó una enorme temporada en Australia, y debido a las historias que le contaba a su compañero, la pequeña Julie llegó a inventarse un reino de fantasía donde ella era la reina.
Un día, un conejo fue atropellado frente a sus ojos, pero como de alguna forma seguía vivo, decidió quedárselo con la intención de que un día mejorara. Sus padres descubrieron al animal, y aunque al principio intentaron ayudarlo, supieron que no había nada que pudieran hacer. Una noche, mientras el conejo emitía sus últimos chillidos, su madre decidió acabar con su vida utilizando una pala, sin saber que su pequeña hija presenció todo el acto. Aquella noche, la noción de la muerte, como también esta habilidad de suprimir el dolor fue heredada a la joven Julie, lo cual dio origen a la forma de su protector, un guerrero conejo de nombre Maxx.


Aquello dio pie a uno de los acontecimientos más tensos en toda la historia: la partida de Julie. En un momento la mujer decidió dejar todo atrás, incluyendo a su noble y extraño amigo. El superhéroe sufre el temor de desaparecer si su protegida se marcha, aunque una última aparición por parte del hechicero malévolo le informa que en realidad, él es el conjunto de dos partes, una del mundo exterior y otra del mundo real. Resulta que en el entorno donde aún convive con Julie y Sarah, su identidad es la de un hombre verdadero, aunque su origen aún permanece desconocido.


Existe una última confrontación entre Julie y Maxx, quien sabe que la única forma de liberar a su protector es alejarse de él, y que éste redescubra su verdadera apariencia. Por ello, a pesar de su preocupación, la mujer decide seguir adelante con lo que ha decidido, marchándose de la ciudad para comenzar una nueva vida.



Como un dato adicional a este maravilloso ciclo de aventuras, y no se me ocurre mejor momento para hacer mención, de hecho la serie fue adaptada a un formato televisivo, en una moderada cantidad de trece episodios donde se establece un panorama excelsamente construido sobre el universo del superhéroe. La propuesta visual, el acomodo y sincronía de los sucesos, más las voces que se le prestan a los personajes principales son los ingredientes indicados para una serie digna que logra plasmar las intenciones del autor. En ocasiones anteriores no mencioné como algunas de mis lecturas gráficas predilectas también habían sido llevadas a los terrenos de la animación y el desenvolvimiento audiovisual, tan así que la inolvidable Lady Death tuvo una película como Spawn tuvo su serie de escasos dieciocho episodios. Sin embargo, nunca me sentí tan sorprendido ante la adaptación de un cómic a este medio, como me sentí al ver esta serie.
Con Lady Death se toca la temática de transición del personaje entre mundos, y esta transformación del ser que nos mueve a un autodescubrimiento; esta posibilidad de conocer estas partes de tu interior, dándole poco a poco su equilibrio. Cuando Hope desciende al infierno, descubre la rebeldía, la ira, el dolor, y eso lentamente la convierte en Lady Death, un ser que siempre estuvo con ella; eso al mismo tiempo nos dice que en Lady Death existe Hope.
En Spawn, ¿qué más decir? El tema de la elección humana es evidente en todos los episodios, y el ambiente de pérdida que envuelve a personaje durante sus desventuras en los callejones lo vuelve la propuesta audiovisual más fiel del personaje hasta el momento.
Lo vuelvo a afirmar, este es el mejor momento de mencionarlo, pues la serie termina en este momento del cómic dando un giro distinto a la historia dentro de la serie, pero las aventuras de este singular personaje aún no terminan. Los siguientes acontecimientos nos muestran a Julie Winters recorriendo el país sosteniendo relaciones sexuales con varios individuos hasta quedar embarazada, mientras que The Maxx sigue con sus viajes por el exterior, aunque en regiones desconocidas para él. Se descubre que esas zonas del reino imaginario pertenecen a alguien más, a una chica que ya habíamos conocido anteriormente, nada más y nada menos que a la misma Sarah.



Luego de algunos números sabemos un poco más acerca de los orígenes de Julie, quien no sólo heredó los encantos maternos de su progenitora sino también algunas habilidades místicas que le daban acceso a visiones del reino exterior. Mr. Gone y la Sra. Winters conversan sobre este incidente, y al parecer estos dones pueden ser hereditarios, lo que da conclusión de que tanto Julie como Sarah estaban destinadas a unirse en toda esta comedia psicoanalítica.


También se descubre la verdadera identidad de Maxx, ligada al accidente que cambió a Julie Winters. Resulta que su violación tuvo lugar una vez que atropelló a un sujeto, y al intentar ayudarlo, éste la atacó; la misma situación volvió a presentarse en su vida, pero en lugar de frenar siguió adelante, hiriendo con gravedad al desconocido, que no era otro más que su futuro protector, pero la cosa se complica aún. Ante la sensación de revivir esa fatídica noche, sus poderes ya latentes se activaron, al mismo tiempo que tocaba una lámpara abandonada por los lugares en que atropelló al sujeto. La lámpara se fundió en el cuerpo del desconocido, catalizando la figura del protector dentro de su mente, dándole un traje bastante extraño, y una nueva tarea en la vida: así nació The Maxx.


Esos sucesos provocaron que los papeles se invirtieran, y que el protector buscara reestablecer su antigua vida. Y para ello, debía abandonar a su protegida. De esa forma, Julie Winters, Sarah, y Maxx tomaron diferentes rumbos, lo que marca el final de la primera parte de esta gran historia.



La segunda parte es protagonizada por Sarah unos diez años después de lo ocurrido con Julie Winters. Ahora viviendo con un compañero de habitación, con una madre moribunda en la sala de emergencias, y un misterioso vagabundo auto-proclamándose frente a ella como “The Maxx”, ella debe enfrentar nuevamente a su padre, Mr. Gone, quien arroja a la luz más detalles sobre los sucesos acontecidos cuando era una adolescente desentendida y solitaria.



Al parecer, las desventuras vividas hace diez años no fueron más que proyecciones místicas del propio Mr. Gone, quien de igual forma era interpretado por su entorno de una manera violenta y aterradora. Aquí se retoma abiertamente el tema de los lenguajes y los símbolos, el cómo aún en nuestra vida cotidiana se encuentran presentes estos atisbos de nosotros mismos en la realidad, y que reaccionan de formas distintas en determinada situación. La propia rabia de Mr. Gone era alimentada por el temor del resto, lo que hacía crecer su locura y sed de violencia. Pero las cosas habían cambiado abruptamente. Mr. Gone, quien adoptaba su antiguo nombre como Artie, se encontraba incapaz de proyectar esas habilidades como antaño, siendo un debilucho a los ojos de los demás. Aquello permite el inicio de un nuevo villano a la historia, el maléfico Iago, un ser de pesadilla con la apariencia de una babosa gigante, con un listado de nombres a los que debe destruir uno por uno.


Un nuevo personaje se integra a esta tragedia humana, llamado Mark, el hijo de Julie Winters, quien decidió abandonar a su hijo con la justificación de protegerlo del ser que acechaba desde las sombras. Con un peligro latente, Sarah toma las riendas del asunto, al lado de su nuevo Maxx, la figura de protección liberada de los reinos exteriores, con la única misión de eliminar al mal. La gran característica de este nuevo ser es que a diferencia del antiguo Maxx, este no necesita, por así decirlo, un portador “humano” en la dimensión cotidiana, siendo capaz de manifestarse de forma física a través de ideas, que provienen del interior de Sarah.


Siendo amenazada por la babosa, ella activa los poderes místicos heredados por su padre, y éste al contemplar su desarrollo, se une a la batalla contra la creatura, y con mayor razón al saber que el nombre de Julie Winters se halla en el listado del monstruo. Luego se conoce más a profundidad los orígenes de Mr. Gone, un pequeño abandonado y abusado sexualmente por su tía, a su vez de vivir tres desastrosos matrimonios, de los cuales sólo uno vino con la bendición de Sarah.


Finalmente nuestros héroes se conjuntan para enfrentarse a la amenaza de Iago, y su única posibilidad es combatirlo en su lugar de origen, es decir, en el reino exterior, la tierra de las fantasías, particularmente en el inconsciente de Sarah. Atravesando por los escenarios surrealistas de su alma, ella descubre que su soledad sólo esconde el temor y la ira nacientes a partir del abandono de su padre. De la aceptación, la figura de Iago se manifiesta ante ella, la cual es combatida por su intrépido Maxx, quien acaba rápidamente con la creatura monstruosa. Sin embargo, el ritual de interiorización para que Sarah acabe con el monstruo, hace que ella se pierda más allá de los reinos exteriores, y que su cuerpo físico se desvanezca en el aire.


Comienza la búsqueda de la hija pródiga, donde Mr. Gone realiza todo lo que está a su alcance para traer a su pequeña de vuelta, pero aquello ocasiona un pequeño desajuste en la realidad, lo que desata un reinicio masivo de todos los protagonistas. El hechicero comienza a explicar que existen infinitas burbujas de realidades alternas, y que entre ellas existen diversas conexiones, aunque no son muy comunes. Lo que sucedió es que el ritual para traer a Sarah la hizo reaparecer en un cuerpo ajeno, en el de una creatura mágica llamada Isz, y eso hizo que el reino exterior y cotidiano colisionaran, y una paradoja futura invite a una reinvención del universo. Los personajes enfrentan sus últimas horas en el hogar de Mr. Gone, antes de desaparecer y comenzar una nueva vida sin recuerdos de su pasado.



Tiene lugar la gran liberación de cada uno, donde el callejón aparentemente sin salida se abre y todos comienzan una nueva vida, un nuevo existir donde los recuerdos prevalecen en los reinos infinitos y la esencia se manifiesta en nuevos panoramas por experimentar. Mr. Gone termina siendo un maestro de escuela, y The Maxx el conserje, mientras que Julie Winters vive con su hijo en condiciones más decentes, con la nostalgia de momentos distintos y lejanos.



¿Cuál podría ser mi interpretación final acerca de esta historia? Pues sencillamente que ésta es una de las máximas representaciones simbólicas al espíritu humano, una cronología de instantes tan vívidos y tan identificables, que asumen la labor de fungir como reflejos del inconsciente. Para mí, todos son personajes que buscan una realidad propia a través de su realidad interior. Es evidente el magnífico trabajo de Sam Kieth en cuanto a ilustrar escenarios tan movidos, que remarquen esta condición confusa, solitaria, incluso destructiva del ser humano frente a la vida misma, pero incluso como existen estos símbolos protectores que nos permiten afrontar diversos obstáculos. The Maxx, a mí me sugiere la metáfora visual del crecimiento, y las verdades interiores que nos acompañarán por siempre.

Maximilian de Zalce.

1 comentario:

  1. Me encantó tu comentario de esta genial historia. Me fascina The Maxx. Estaba buscando comprat una figura de accion d
    el personaje y esncontré este blog. Saludos desde Argentina

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Con gran placer leeré cualquier comentario y crítica. Agradezco tu tiempo.