Hace mucho tiempo, cuando las pirámides aún eran jóvenes,
los reyes egipcios practicaban un terrible juego de poder, en el cual luchaban
con magia y monstruos, por riqueza y gloria. De estos juegos de las sombras,
surgió una guerra que amenazó con destruir a todo el mundo, hasta que un
valiente y poderoso faraón encerró la magia negra apresándola por toda la
eternidad dentro de los místicos artículos del milenio. Pero parece que ni
siquiera la eternidad dura para siempre…
Jamás debía pasar, y por cinco mil años, jamás pasó. Los
secretos del rompecabezas del milenio permanecieron a salvo dentro de su
intrincado diseño, y más de unos cuantos han enloquecido cuando han enfrentado
tan imponderable acertijo. Para un joven llamado Yugi, el misterio del rompecabezas
del milenio es justo eso. La solución, si es que existe, no está a su alcance
ni al de los que estuvieron antes que él, pero esta vez el destino se inmiscuyó
para unir al rompecabezas y a esta persona…
Jamás debía pasar, y por cinco mil años, jamás pasó, pero
más extenuante que las arenas del tiempo, es la insaciable curiosidad del
hombre, y mientras el desierto hace lo que puede por ocultar aquello que
debería permanecer sepultado, eventualmente revela sus secretos más antiguos y
temibles a quienes se atengan a las consecuencias de sus descubrimientos…
Jamás debía pasar, pero
después de cinco mil años, pasó.
Y así, volvieron a empezar
los juegos de las sombras.
He de admitir que en aquel instante, cuando
la enorme pantalla lanzó sus primeros rayos de luz contra mi rostro, supuse en
mi inocente entender que era privilegiado testigo de un momento histórico en la
vida de todo gran aspirante a convertirse en el campeón de los duelos.
Ahora
recuerdo aquel día y me digo: oh la
humanidad…
Para cualquier
fanático de la serie, los cuales crecieron con las aventuras en El Reino de los Duelistas, y
posteriormente en Ciudad Batallas, donde
vimos combatir a nuestro amado héroe, era un privilegio enloquecedor ver la
primera película en cine, sólo para observar en esta ocasión a nuestro querido
Yugi retornar para hacer lo que mejor sabía. No puedo afirmar de manera rotunda
que la película sea mala, ya que para empezar, no está dirigida para todo
público, no aspira a ello, sino que está especialmente diseñada para los
fanáticos del anime Yu-gi-oh!, sin
embargo, como no está exenta de varios errores para las expectativas de un niño
que va a ver este tipo de material, pues uno puede desilusionarse fácilmente. Y
si, cabe agregar que la película posee muchos detalles sueltos (y la serie en
general), los cuales son intensamente explotados por aquellos autores de las
series resumidas que han proliferado tanto últimamente en la red, por su única,
artística y paródica forma de resaltar los huecos argumentales. Yo recuerdo que
en cuanto supe que se iba a estrenar la película, no me pregunté nada acerca
del argumento, sino que sólo tenía el deseo de presenciar aquella historia, la
cual, como insinué antes, disfruté muchísimo. Además de que con la entrada te
regalaban un sobre especial con una carta de la película, je, je.
En los viejos
tiempos cuando muchos padecían la fiebre de las tarjetas coleccionables,
recuerdo que salió el estúpido y nefasto rumor de que éstas estaban
relacionadas con algunos temas satánicos e incluso de posesión infernal. Era
una idea ridícula en si, cuando el único truco diabólico que tenía aquel
programa, era el convencimiento estereotípico y publicitario en el público
infantil de querer comprar más cartas para poder parecerse a los ídolos de sus
aventuras. Si, yo estaba entre ellos, y ahora pago ciertas consecuencias, pero
aunque en estos instantes poseo conocimientos precisos para juzgar un material
de esta índole, no se puede evitar un recuerdo cariñoso para con la misma.
¿Por qué decido hablar de esto ahora?
Bueno, hay muchas razones, una de ellas es porque estoy trabajando en una
novela inspirada en el presente argumento, pero también, me dio por revisar
muchas cosas del pasado, y recordar momentos memorables de esta caricatura.
¿Cómo olvidar el último duelo contra la versión maléfica de Marik?, ¿dejar de
lado la derrota de Seto Kaiba en ciudad batallas?, ¿pasar desapercibido el
mundo virtual de Noah? (¡Si! ¡Definitivamente!), ¿no recordar la fiebre del
Oricalcos y el despertar de los dragones?, ¿olvidar el torneo de los campeones
duelistas? (Nah, no fue tan bueno), y sobre todo, ¿omitir que conocimos los
orígenes del faraón, y su enfrentamiento definitivo contra la obscuridad?
Momentos impecables de la infancia, momentos que despertaron algo en nosotros,
y no creo ser el único. Pero en fin, volvamos a lo que nos ocupa.
El argumento en
sí es bastante sencillo a mi parecer: “Seto
Kaiba desea la revancha contra su odiado rival Yugi, y para ello, logra
adquirir una carta conocida como la pirámide de la luz, desconociendo que la
adquisición de tal arma contra los dioses funge como el último paso de un plan
que elaboró un nuevo enemigo llamado Anubis, el dios egipcio de la muerte”.
La ambición y búsqueda de venganza es obviamente lo que motiva a este viejo enemigo
del faraón para volver a la vida, mientras que éste se mantiene firme ante una
fuerza imparable del otro mundo, sólo para proteger a sus seres queridos.
La serie siempre se ha regido por esta
lucha de opuestos complementarios como lo son el bien y el mal, la luz y la
obscuridad, el amor y el odio, la amistad y la soledad, entre muchas otras
cosas, elementos que propiamente encontrarías en caricaturas de esta índole
como Medabots, Battle B-daman, Megaman NT
Warrior, incluso Beyblade. Aunque
dichas series traten conceptos de índole profunda, al utilizarlos en conjunto
de estos elementos publicitarios, de juegos y demás, pues llegan a perder
sentido, pierden seriedad, y por ende no pueden llegar más lejos.
Como mencioné
antes, Kaiba busca la forma de encontrar una poderosa arma vence dioses en la
isla de Pegasus, donde encuentra elementos que lo preparan para lo que muchos
estaban esperando desde que la película inició: otro enfrentamiento entre los
eternos rivales.
Sin lugar a dudas, el duelo que sostienen
me emocionó mucho en su momento, y a decir verdad me sigue interesando, porque
se muestran estrategias de duelo increíbles, además de que las nuevas cartas
poseían diseños sorprendentes. Dragón
Brillante de ojos azules, es definitivamente de las mejores cartas que he
visto, y la pirámide de la luz junto con las esfinges son espectaculares.
En esta ocasión he de admitir que a Kaiba
se le dio mucho mayor protagonismo que al mismo Yugi, siendo que fue el
auténtico salvador del día. Este es uno de los personajes más interesantes de
toda la saga, siendo que al crecer en la soledad y el odio, lo formaron como
alguien frío, dispuesto a todo por imponerse ante los demás. Y aunque no lo admita,
es fácil reconocer el conflicto en este personaje a cada momento, ya que por un
lado tenía la influencia de Anubis con la carta de la pirámide que le motivaba
a continuar el duelo hasta el final, y por otro estaba el Faraón, que le pedía
que detuviera el duelo una y otra vez para frenar la presencia que ponía a
todos en peligro. Desgraciadamente, su identidad, su presencia se vio anulada
ante la aparición de Anubis, que es una metáfora bonita de cómo nuestro ser,
aquellos aspectos luminosos de nuestro interior se pueden ver superados por el
odio y la amargura.
El Faraón puede fungir como los aspectos
heroicos en toda persona, que constantemente se encuentran en conflicto con los
propios deseos de auto-aniquilación, o repulsión del prójimo. Y el pequeño Yugi,
funge como esta parte, casi ignorada, pero existente en nosotros, conocida como
nuestro potencial de amar y ser amados, de unirnos al resto de seres humanos en
completa armonía. La amistad a fin de cuentas, lo cual se denota en el momento
en que Joey, Tristán, y Tea, acompañan a Yugi al interior del artículo
milenario para destruir la tumba de Anubis.
Las sombras
toman vida,
Que las
creaturas nazcan…
Ahora, veamos
que tan bien juegas este juego,
Cuando los
monstruos son reales.
Anubis revela su auténtica forma,
liberándose como un auténtico monstruo dispuesto a destruir todo el mundo. Al
verse superados ante este poderoso rival, Kaiba se cuestiona sobre lo que
debería hacer, y la única forma de combatir a un monstruo real, es con otro
monstruo real, pero lo que simbólicamente puede sacarse de ese momento, es que
la única forma de aplacar el deseo de destrucción, es fomentar la confianza en
el prójimo. Él toma una decisión, y escoge la luz, entregándole su carta más
poderosa a Yugi para que derrote al monstruo Anubis. La Nova Brillante elimina
todo rastro de maldad, el impacto se dio entre los aspectos destructivos y
creadores del ser, y se da una transformación nueva.
Aunque claro, al tratarse de una película
para niños, hay cosas que nunca cambian, y Kaiba vuelve a su estado frío y
rencoroso, reclamando que él debió ser el auténtico ganador del duelo, de no
ser por Anubis. Lo que nuestro pequeño y gruñón ojos azules es que, realmente,
él fue el verdadero ganador esta ocasión. Como podemos notar hasta ahora,
muchos de los elementos que aparecen no sólo en esta película, sino en varios
episodios de la serie tienen un porqué…o quizá yo lo veo así por estar tan
dañado con los años, je, je. Pero igual, lo que intento decir, es que sólo es
una perspectiva mía, y entendamos que estamos hablando de una sencilla película
sobre una sencilla caricatura, que marcó la infancia de millones. De entre
ellos, honradamente, yo fui uno de tantos. Espero hayan disfrutado de esta
inesperada interpretación, quizá, sólo quizá, tanto como yo he disfrutado
escribirla. Mi nombre es Maximilian de Zalce, el Guardián Eterno; agradezco su
amable atención.
Ninguna de las imágenes aquí
mostradas me pertenece de ningún modo.
Su utilización es con motivos de
enseñanza y continuo aprendizaje.
Todos los derechos reservados para
sus respectivos creadores.
Sin más que afirmar, agradezco su
amable atención.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Con gran placer leeré cualquier comentario y crítica. Agradezco tu tiempo.