sábado, 4 de junio de 2016

La era de las posibilidades

¿Quién soy?


Una pregunta,
Una respuesta,
Un héroe,
Un villano,
Un protector,
Un monstruo…


Un ser…


Soy.


Amar es la elección de vivir.
Ama lo posible, y lo imposible aún más.
Al terminar un camino se empieza otro.


La sola insinuación de que mi presencia se haya visto anulada en los diversos radares colectivos habituales del entendimiento humano social, es irrelevante, por no decir ridícula. Ustedes, público de todos y ninguno, podrían preguntar, ¿por qué? Pues porque la última vez que me fijé, yo no he desaparecido de este mundo. Todo lo contrario me atrevería a decir, ya que la propia reafirmación de mi esencia nunca ha sido más fuerte, más sublime, sin mencionar más orgásmica y poderosa. Así que, si, para que lo comprendan, en ningún momento me he ido, sólo he estado ejerciendo mi arte más que nunca. El cansancio, la ansiedad, el deterioro físico, por no decir del alejamiento del prójimo me ha brindado resultados interesantes en las nuevas creaciones que están por venir, y que de aquí en poco, compartiré algo de todo ello. Pero iremos directamente a lo que nos atañe.
¿Por qué? Esa es la cuestión más significativa en todo este asunto: ¿por qué decido hacer esto?, ¿por qué esgrimo el arte de escribir en este espacio?, ¿por qué decido realizar algo que posiblemente nadie vaya a notar nunca en la vida?...son preguntas que me planteo todos los días, a todas horas, cayendo en un excesivo ciclo de búsqueda por la esencia misma de los ideales que me he planteado durante tantos años, desde aquellas tardes donde iluminado por universos imposibles, me vi motivado a plasmar en palabras esos primeros momentos.
¿Por qué, entonces? Bueno, uno de los motivos, que siempre he insinuado, es que me da la gana hacerlo, pero otra de las razones que me llevan por este viaje por la vida, que igual engloba el motivo anterior, es que yo decido ejercer este don para conocerme a mí mismo, algo que hoy en día, sencillamente, subestimamos debido a la incomprensión de un acto milenario. Es una gran realidad que muchas de las cosas que hacemos, y mucho de lo que somos, está determinado por factores sociales, económicos, incluso religiosos, desde nuestro propio nacimiento, incluso desde nuestra propia concepción dentro del vientre maternal, y por ello mismo, “creemos”, que no debemos cuestionarnos muchas cosas, viviendo el día a día sin reflexión alguna. Pero el libre albedrío existe, ¿acaso no podemos ver éste como una respuesta lógica del organismo?, ¿un deseo pequeño, casi imperceptible, pero existente sobre un llamado, una intuición que sentimos acerca de algo mucho más grande que la realidad que se nos muestra? Por más sistemas que les impongamos, por más leyes que les instaures, por más distracciones que les pongas, el ser humano siempre va a poseer el don de la curiosidad, y el de la imaginación, que le hará querer experimentar aquello que ha intuido durante tantos años. Y no por ello quiero referir que “el sistema”, como burdamente ha sido catalogado en nuestros tiempos, sea algo dañino, sino que llámese como se llame, “sistema”, “mundo”, “universo”, siempre salimos de uno para entrar a otro que se rige por leyes diferentes a las aprendidas. El libre albedrío existe en nosotros, pero al ser algo tan natural, resulta ser algo tan imperceptible, que no llegamos a ver el proceso extraordinario que implica, al prepararnos a aceptar lo inaceptable, y amar lo imposible. Y claro, hay quienes pasan de un mundo a otro como mantequilla a un plato, o como todo un anarquista queriendo devorarse el mundo entero. Finalmente me gusta sostener que los caminos al equilibrio son variados, pero a veces, por la malinterpretación que podemos hacer de algunas palabras, de algunas acciones, podemos caer en un completo caos, creyendo firmemente que se vive en armonía, o sencillamente, pongamos que si se alcanza ese equilibrio dentro de ese caos, pero o puede ser un equilibrio que poco a poco te destruye o que va destruyendo a lo demás. Que a final de cuentas, no resultaría ser equilibrio, aunque esa noción la sentiríamos en el momento menos oportuno. Y como el equivocarse es algo tan natural, resulta ser un proceso infalible para conocernos a nosotros mismos, de modo que un enfrentamiento interno implica mucho más que unas ligeras palabras dichas al aire, implica mucho más que un suspiro al azar, implica mucho más que corregir aspectos desagradable que tu interior. Implica perdida, dolor, reflexión, sufrimiento, nostalgia, lo cual conlleva a la escala final llamada transformación, La Transformación, ¿a qué?, sólo uno lo sabe.
El escribir en todas sus maneras me hace conocerme, me hace expandirme, ¿y por qué no?, me hace aspirar a que otros logren conocerse y transformarse. Pero como uno siempre es la posibilidad faltante, sólo me tengo a mí en este momento como la prueba viviente, de que el escribir te transforma, y sin lugar a dudas, ¡me importa hacerlo!
He llegado a la conclusión de que, a diferencia de los muchos héroes y salvadores de los que era testigo en los viejos tiempos, mis campeones suelen ser un poco más solitarios, porque contrariamente a los personajes de mi infancia que alcanzaban su poder a través de la unión, la amistad, el compañerismo y el amor, mis personajes logran alcanzar dicha fuerza por sus propios medios, por sus propias habilidades, por su propio camino, pero que al romper todo límite, también rompen con la “ilusión de la soledad”, donde llegan a comprender que en aquel lugar donde se creían solos, realmente estaban con el universo entero. La auténtica falsedad es creer que es imposible estar solo, no es así, ¡se está solo!, y nada cambia eso, pero hay un punto donde mis héroes se dan cuenta que al haberse visto tan abrumados por los malos momentos, no supieron apreciar los pequeños instantes de dignidad, de honor, incluso de amor. Él se sabe junto a sus recuerdos, el héroe triunfa, y es parte del todo.
Si nos ponemos a pensarlo, en realidad es una diferencia un tanto sutil, pero todos esos héroes se dirigen al mismo punto, así como los caminos al equilibrio son varios. Y eso es lo que degustarán en mis próximas historias.

Ninguna de las imágenes aquí mostradas me pertenece de ningún modo.
Su utilización es con motivos de enseñanza y continuo aprendizaje.
Todos los derechos reservados para sus respectivos creadores.
Sin más que afirmar, agradezco su amable atención.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Con gran placer leeré cualquier comentario y crítica. Agradezco tu tiempo.