martes, 2 de enero de 2018

El Torneo de Poder.


“¿Qué más se puede decir de Dragon Ball?”, es una de las formas en las que me hubiera gustado iniciar este escrito, pero eso sería para mí una enorme y humana contradicción, pues después de todo lo que he presenciado con respecto a esta serie, y el enorme crecimiento que ha tenido en cuanto a sus personajes, es para mí un enorme orgullo afirmar que si, aún hay mucho que decir sobre Dragon Ball.


Luego de algunos años de espera, Akira Toriyama nos sorprende con dos increíbles películas, La Batalla de los Dioses y La resurrección de Freezer, que fungen como punto de inicio para una nueva y mágica aventura. Dragon Ball Super comenzó con lentitud, pues retomaba los argumentos ya antes vistos en las mencionadas películas, aunque haciendo hincapié en algunos detalles importantes como los son sus nuevos poderes y el potencial de los guerreros con respecto a los Dioses. Para mí, el auténtico Dragon Ball Super inicia con el Torneo de Champa, la Saga del Sexto Universo, específicamente en el capítulo 39, donde Son Goku lucha con todo lo que tiene contra un enemigo difícil de derrotar.


A partir de ahí, las cosas sólo podían mejorar con la aparición de Zamasu, en la Saga de la Justicia Obscura, donde nuestros héroes se vieron presionados por un enemigo cuyo ideal era la eliminación completa de los mortales en el plan divino. Aquello sería difícil de superar, pues las habilidades de Son Goku parecían no conocer fronteras, incluso podrían equipararse a los dioses, pero el futuro aún deparaba muchas sorpresas.


Después de organizar un breve torneo de exhibición para que el gran Zeno-Sama pudiera contemplar lo que era una batalla de verdad, se opta por la decisión de hacer un Torneo de Poder, que consiste en que diez peleadores de cada universo se enfrenten en una batalla campal donde el premio mayor sería la supervivencia de sus mundos. Y aunque tenemos un primer vistazo de los Dioses de la Destrucción y sus Ángeles Guardianes, solamente ocho universos se disputarían la gloria de no vivir la extinción divina.


Conforme más analizo la situación, no dejo de recordar aquel manga realizado por fans conocido como Dragon Ball Multiverse, donde diferentes posibilidades en el universo de Dragon Ball se enfrentan en un torneo y ganar su mayor deseo. Puedo notar varias similitudes, pues ya desde hace un rato, he podido notar que Akira Toriyama recopila hasta cierto punto uno que otro matiz perdido entre los fanáticos, incluso de algunas creaciones cuyo argumento está en una línea temporal diferente, desarrollando así nuevos personajes.


Los únicos universos que no se batirán en este decisivo combate son cuatro, los Universos 1, 5, 8 y 12, lo que coloca aún más incógnitas sobre las capacidades de estos universos.
Por otro lado, cada uno de los Universos que participarán poseen particularidades que llaman la atención, como el Universo 2, regido por la Diosa Helles, quien lleva consigo a un séquito de guerreras que recuerdan mucho al género de guardianas mágicas, pues el motor esencial de su poder es el amor que sienten entre sí; el Universo 3, regido por el Dios Mosco, posee peleadores de tipo máquina, cuyas capacidades estratégicas son algo destacable en una batalla de ese tipo; el Universo 4, regidos por el Dios Quitela, un conjunto de peleadores con distintas habilidades de igual forma son rivales de temer; el Universo 6, regidos por el Dios Champa, hermano de Bills, posee a los peleadores que conocimos en el anterior torneo, desde el legendario asesino Hit, hasta el Saiyajin Kyabe, quien integra al torneo a dos féminas Saiyajin cuyo potencial es extraordinario: una es Caulifla, la primer mujer en convertirse en Super Saiyajin, y su hermana Kale, quien es la versión femenina del Súper Saiyajin Legendario.


El Universo 9, regido por el Dios Sidra, posee guerreros de todo tipo, aunque son el universo con el nivel mortal más bajo entre todos los demás; el Universo 10, regidos por el Dios Rumsshi, posee peleadores con elevadas capacidades en el combate cuerpo a cuerpo, los que les permite dar batalla con cualquiera; y finalmente, el Universo 11, regido por Belmod, posee a las Tropas de Orgullo, un grupo de justicieros invencibles comandados por el Caballero de la Libertad Toppo, quien está al nivel de Son Goku, sin mencionar que existe un ser llamado Jiren el Gris, quien se presume, es más poderoso que un Dios de la Destrucción. El Universo 7, donde está Bills, es comandado sin lugar a dudas por Son Goku, y quienes integran su séquito son Vegeta, Gohan, Piccolo, los Androides 17 y 18, Krillin, Tenshinhan, el Maestro Roshi, y por increíble que parezca, el sanguinario Freezer.


El Torneo de Poder comienza, regalándonos impresionantes batallas y momentos inolvidables, tal como son el ataque en conjunto de Goku y Vegeta contra el Noveno Universo, así como la batalla de Gohan contra el último campeón del Décimo Universo. Tal es el resultado y la magnitud que estos son los primeros universos en desaparecer.


La siguiente gran batalla la libra la temible Kale, quien logra desatar su modo legendario contra todos los contrincantes de la pista, demostrando así su poderío frente a los demás, incluso contra el mismo Son Goku en un combate mano a mano.


Los Universos luchan desesperadamente por sobrevivir, y algunos logran demostrar que los límites palidecen ante un gran espíritu de batalla, tal es el caso del Maestro Roshi contra los peleadores del Cuarto Universo.


Otra de las prodigiosas batallas que se presenciaron en el torneo, fue el primer encuentro entre Son Goku y Jiren el Gris, quienes a pesar de resistir un combate abrumador, estaba claro que los niveles favorecían al miembro de las Tropas de Orgullo, aún cuando Goku lanzó una de sus técnicas más poderosas, la Genkidama, y Jiren logró devolvérsela con gran facilidad.


Pero cuando la esperanza parecía perdida, un temblor sacudió el espacio, y en un acto de divinidad total, Son Goku emerge de entre las cenizas alcanzando un nivel nunca antes visto, un poder tan monstruoso que incluso hace temer a los mismos dioses. El Limit Breaker había despertado.


Miggate No Gokui, también conocida como La Doctrina Egoísta o Ultra-Instinto, es una técnica que sólo los dioses podían desarrollar, sin embargo, durante sus primeros días de entrenamiento con Wiss, éste había explicado que debían dejar que el cuerpo tuviera un juicio propio al momento de pelear, pues cuando se pensaba demasiado en un combate, eso limitaba la velocidad y las capacidades ocultas de un guerrero. Siendo un poder que aún no desarrollaba, Jiren logró derrotar a Goku, sin embargo, seguía de pie en el torneo.


Es en esos momentos donde las hermanas Saiyajin Caulifla y Kale retan en singular combate a Son Goku, quien debe arreglárselas de cualquier forma para lidiar contra tan formidables adversarias. Y aunque ellas posean un gran poder, Goku permanece en un nivel distinto que le hubiera dejado vencerlas, de no ser por la fusión que se realizó en esos momentos. Haciendo uso de los pendientes Potala, se da nacimiento a una nueva guerrera capaz de dar la victoria al Universo 6.


Esta nueva guerrera, cuyo nombre ha sido traducido como Kefla o Kefura, le hace frente a Son Goku de una manera impresionante, capaz de rivalizar en su estado normal con el legendario Súper Saiyajin Blue. Las habilidades, fuerza y actitud de este gran personaje me recuerdan un tanto a uno de mis preferidos del mencionado manga Dragon Ball Multiverse, Son Bra, hija de Vegeta y discípula de la reconocida fusión, Vegito. Aquella es una comparación bastante atinada, considerando que ambos no sólo son personajes increíblemente fuertes, sino que su personalidad es una delicia dentro de la historia, siempre dispuestas a superar sus propios límites.


Sin embargo, Goku comienza a volverse más diestro en el dominio del Migatte no Gokui, haciéndole frente al temible y hermoso poder de la guerrera, quien a pesar de apostarlo todo en un ataque definitivo contra su rival, desgraciadamente éste logra derrotarla en el momento más crítico del combate.


El Segundo Universo vuelve al ataque contra Goku y compañía, mientras los Namekianos del Sexto Universo luchan sin cuartel contra Gohan y Piccolo. Pero en un derroche de poder total, ambos universos son derrotados por nuestros héroes siendo eliminados del Torneo y de la existencia.
El Cuarto Universo, a pesar de hacer uso de todas sus artimañas, también terminan siendo derrotados por el Séptimo Universo, quienes rápidamente se enfrentan al Tercer Universo, liberando así su carta maestra para ganarlo todo. Pero el séquito de guerreros que permanece, Goku, Vegeta, Gohan, Androide 17, y Freezer, en un ataque en conjunto logran vencer al último guerrero de las máquinas, terminando así en una sola disputa entre el Universo 7 y el Universo 11.


Todo será decidido en un combate sin igual, los Guerreros Z contra Las Tropas de Orgullo, ¿quién saldrá triunfante en esta tremenda batalla? Esa es la incógnita que muchos tienen, pero puedo asegurar que no saldremos decepcionados ni en lo más mínimo. Es un gusto para mí contemplar como las historias de mi infancia aún pueden brillar en estos tiempos de incertidumbre, pues son el tipo de historias que nos permiten enamorarnos de los recuerdos, y aún más importante, tener esperanza sobre el futuro.
  
Maximilian de Zalce.

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