No hay ignorancia, hay sabiduría.
No hay miedo, hay poder.
Soy el corazón de la fuerza,
Soy el fuego revelador de la luz,
Soy el misterio de la oscuridad,
En equilibrio con el caos y la armonía…
Inmortal en la fuerza.
Las palabras que lo iniciaron
todo.
“El amanecer de los Jedi”.
La primera vez que me encontré
seriamente con la saga de Star Wars, fue en una revisión de principio a fin de
su contenido cinematográfico donde analizaba todo aquello que me llamaba la
atención y me parecía digno de mencionarse. Aquello fue una gran ventaja para
poder centralizar un gran punto de referencia en cuanto a todo el universo
expandido se refiere. Ha pasado un tiempo desde que me he visto revisando estas
magníficas historias de una galaxia muy, muy lejana, y aunque análisis
anteriores me hicieron comprender la importancia de su trasfondo simbólico en
nuestra cultura, me siguen surgiendo varias incógnitas en cuanto a los alcances
en el uso de la fuerza de sus personajes más destacados.
Lecturas como El
imperio oscuro de Tom Veitch y Cam Kennedy, El amanecer de los Jedi de John Ostrander, adaptaciones oficiales
de ambas trilogías, tanto su versión en manga por Hisao Tamaki como los
trabajos realizados en la línea Marvel hechos por Aaron Cassaday Martin y
Gillen Larroca Delgado, así como lecturas obligadas como Jedi vs Sith: La guía esencial de la fuerza de Ryder Windham, me
han hecho comprender los conceptos más esenciales, aunque sé de antemano que
aún hay muchos misterios por resolver. Sin embargo, ese no es el caso que me
ocupa en estos momentos.
El gran amor profesado a la saga galáctica, nos ha dado
entrega también de múltiples historias como la de Star Wars: Contract of Evil de TFN Fan Films y Star Wars: Darth Maul – Apprentice de Shawn Bu, y la viveza por
desentrañar aquellos horizontes inhóspitos ha cosechado sus frutos con su
historia más reciente.
Ubicada con exactitud entre Episodio III: La venganza de los Sith y Episodio IV: Una nueva esperanza, conocemos la sensacional historia
de Rogue One, un grupo particular de rebeldes dispuestos a darlo todo con tal
de asestar un golpe rotundo al imperio galáctico y asegurar el futuro de la
alianza. La trama, cabe decirlo, es bastante simple, pues parte de una premisa
que ya conocemos desde la cronología episódica habitual: Asciende el imperio obscuro en toda la galaxia, y Orson Krennic,
director de armamento avanzado recluta a Galan Erso para la construcción de una
imponente arma que haga temblar a todos los mundos. Años después, Jyn Erso, una
dura delincuente encontrará un propósito bajo el mandato de la alianza, con el
único objetivo de destruir al imperio, y saber realmente qué sucedió con su
padre tantos años atrás.
Como se puede apreciar, esta historia no es algo que te
resulte inesperado con respecto a su contenido, de hecho hasta podría decirse que
uno sabe en qué va a terminar; y aunque esto nos pueda parecer predecible, de
hecho es el mayor poder que tiene esta película, porque a diferencia de las
imponentes batallas entre el lado obscuro y el lado luminoso, Rogue One es una
historia de valentía, sacrificio, y unión, lo cual pone en alto esta frase
maravillosa que a mi parecer engloba todo el sentido de esta aventura: “Las rebeliones empiezan con esperanza”. Sin
embargo, por muy conocida que nos pueda resultar la historia, aún así contiene
personajes, escenarios y situaciones capaces de impactar en cualquiera,
incorporando a una serie de héroes increíbles dentro de la mitología de Star
Wars.
Como un dato curioso, la primera vez que supe del
lanzamiento de esta historia, me encontraba escribiendo una con una temática
bastante similar. La Resistencia:
crónicas de la última esperanza, es una aventura que publiqué ya hace
tiempo en homenaje a la reciente serie de Dragon Ball Super, debido al capítulo
66 donde aparece Vegito SSJ Blue. Al igual que en Rogue One, un grupo de
héroes, todos personajes de Akira Toriyama, se enfrentan al ascenso de una
justicia obscura, cuyos sacrificios hacen posible el triunfo de los héroes. Supongo
que eso es lo que me gusta en aventuras como ésta, la aceptación de un mundo
más grande y la lucha por un propósito mayor, sin mencionar la valentía del
guerrero ante el umbral de la muerte. Definitivamente el universo de la guerra
de las galaxias aún contiene muchísimas historias que merecen contarse, y luego
de haber presenciado el renacer de la luz y el nacimiento de la obscuridad, me
emociona saber que este maravilloso legado continúa. La fuerza aún nos
acompaña.
Maximilian de Zalce.
Ninguna de las imágenes aquí
utilizadas me pertenece bajo ningún motivo.
Su utilización es con
motivos de entretenimiento, y único aprendizaje.
Cada obra aquí analizada
pertenece a su respectivo dueño y creador.
Sin más que discutir por el
momento, gracias por su atención.
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