miércoles, 28 de diciembre de 2016

Sandman.


Siempre he dicho que Neil Gaiman es un artista del cómic no sólo por crear personajes inolvidables a través de cualquier concepto, sino también por la capacidad de hacerlos convivir en el mundo de hoy, lo que genera experiencias inherentes a cualquier alma de la sociedad, por no decir humanidad en el amplio sentido de la palabra. La fantasía siempre ha sido mi género favorito por su destreza impecable e infinita de creación, siendo que para mí es la forma más maravillosa de contar historias. ¿Qué sería el ser humano sin fantasía? Un don del misterio, de lo extraordinario, que nos comprende a través de diversas figuras, comenzando a abrazar la verdad de nuestras almas en ellas.

 

Sé que cada creación brilla por sus propios méritos, por lo que no queda en mí comparar el excelente trabajo en Sandman con otros, pero debo afirmar que el arte mostrado en esta novela es único. Cada artista agrega algo de sí mismo en su trabajo, lo cual vuelve diferente sus andanzas frente a otros. En Sandman detecté un único bastante particular, porque en cierto momento cuando empecé a leerme todos los volúmenes de un jalón, no supe qué esperar. Sabemos que una lectura así es bastante cansada, pero definitivamente las circunstancias de los personajes o las nuevas historias me mantenían bastante atento. La calidad de los detalles, la precisión de los diálogos, la profundización en la personalidad de los personajes, la construcción de las historias que los envuelven, es una auténtica delicia literaria.


Es una exposición tan completa de varios aspectos del alma humana, que no sé por dónde carajos debo comenzar. Para empezar no trata un tema en particular, sino de muchísimos a cada rato de lectura. Por unas cuantas páginas tratamos el anhelo cuando pasamos a la locura, y de esta pasamos a la desesperanza y la soledad, cuando de repente nos vemos enfrascados en un dilema existencialista entre el seguir fervientemente ferrados a una creencia o fluir por un mar de posibilidades. Hay muchas historias unidas al arco principal que envuelve al personaje protagónico, como las ramas de un árbol viviente, pero puedo decir que uno de los grandes dilemas es el cambio, el movimiento, la transformación que existe en nosotros mismos.


La historia comienza cuando una especie de culto mágico decide hacer un ritual para invocar a la muerte, con el objetivo de encerrarla y conseguir la inmortalidad. Por desgracia, quien es atraído al llamado resultó ser otro ser, nuestro héroe protagónico, el personaje trágico y soñador de esta epopeya, nada más y nada menos que Sueño. Este ser proviene de una familia de entidades conocidas como Los Eternos, siete en total, y cada uno representando un concepto primigenio del entendimiento humano. Se sabe que ha tenido muchos nombres a lo largo de la humanidad, como Morpheus, o príncipe de las historias, entre muchos otros. Este ser queda atrapado por el culto durante varios años, y dicho encierro empieza a generar consecuencias en el mundo de la vigilia, es decir, el mundo despierto, lo cual empieza a mover los mecanismos del destino, preparando al Eterno en un viaje de experiencias inesperadas. De una u otra forma logra ser libre del culto, y así poder retornar a su reino, el cual ha permanecido bastante deteriorado durante su ausencia.
Para reestablecer su mundo a su antigua gloria, necesita recuperar su poder, y para ello, necesita recobrar tres objetos de incalculable valor, los cuales se han dispersado a lugares inhóspitos durante su encierro. Invoca a las tres gracias, seres cuya función aún no es precisa, pero cuya presencia se mantendrá vigente a lo largo de la historia; estos seres le indican uno a uno donde han ido a parar sus pertenencias. El primer objeto es una bolsa con arena, la cual cayó en manos de John Constantine, reconocido personaje de DC; el segundo objeto es un yelmo de batalla, el cual fue a parar a los abismos infernales; y el tercero es una gema, la cual cayó en manos de un personaje demente con el nombre del Dr. Destino.


El primer objeto fue apenas un desafío, siendo que sólo fue una misión de ir y encontrar; no encontré la presentación de John Constantine algo relevante, pero me gustó mucho su desarrollo. El segundo objeto implicó un desgaste mayor, siendo que él necesitaba adentrarse al mismísimo infierno; dentro de la gran construcción que implica la historia de Sandman, sus viajes por los reinos inferiores es uno de sus momentos más gloriosos, regalándonos el primer avistamiento de un Lucifer bastante increíble, como también una batalla sensacional de destreza e ingenio.

Preguntaos todos…
¿Qué poder tendría el infierno, si los aquí encerrados no soñasen con el cielo?


El tercer objeto implica una batalla mucho más complicada, y dentro de su propio territorio, contra un humano poseedor de su cristal contenedor de energía. Los poderes caóticos del doctor destino son letales en ambos mundos, pero Sueño se las ingenia para poder repeler su amenaza y liberar cada gramo de su poder.

 

A partir de ese momento, cuando el héroe consumó sus tres primeras pruebas, es donde la historia sube un escalón al introducirnos a diversos personajes relacionados con el Eterno. Y de hecho, el primer nuevo personaje que se conoce dentro de las hazañas de Sandman, es uno del cual me enamoré desde el primer instante, uno de mis favoritos, y seguramente reconocido por muchos más. La Muerte, personificada en una joven de pelo negro y vestimentas cortas del mismo color, es la hermana mayor de Sueño, y seguramente de las pocas que logra poner en su lugar al mencionado personaje. Es decir, ¿qué carajos? En el buen sentido, luego de ver la actitud imponente del soñador, y ella luego de escuchar su historia, lo regaña haciéndolo titubear como un niño pequeño. La frase exacta que me volvió loco, cuando ve a su hermano en una actitud derrotista fue: ¡Eres la más estúpida, egoísta e increíble excusa de una personificación antropomórfica de este o cualquier otro plano!...sencillamente brillante.





Sin embargo no todo es libertad para el señor de los sueños, siendo que sus responsabilidades se ven abruptamente requeridas ante la aparición de un reto prodigioso. Entre conspiraciones, asesinos en serie, nuevos amigos y andanzas valerosas, ocurre aquella época en el tiempo de Lord Morpheus donde tiene que enfrentarse al Vórtice, una concentración peligrosa dentro del tejido del sueño, que arriesga la delicada vida de todos aquellos a los que absorbe. Para ello, debe tomar la vida del ser cuyo interior es morada del Vórtice, lo que logra resolverse de manera sencilla, pero dejando muchas dudas a nuestro querido soñador.



Tienen lugar historias bastante interesantes que involucran al propio sueño; las desgracias de la Musa Calíope, antigua amante del Rey Onírico; El sueño de un millar de gatos; La presentación de una obra de William Shakespeare ante un público de seres mágicos; y finalmente la fachada de una súper-mujer que sólo desea morir. Luego de tales encrucijadas, ocurre un evento único en su tipo, donde los Eternos se reúnen en un mismo lugar, por la petición del mayor de ellos, siendo que aquello movería los engranajes del porvenir como debían ser. De esa forma conocemos a cada uno de los integrantes de tan peculiar familia.

Delirio
Antes delicia, una joven delirante.

Deseo
Un hombre-mujer de naturaleza provocativa.

Desesperación
Un ser diminuto y atemorizante.

Destrucción
El único hermano ausente.

Destino
Ciego y el hermano mayor.

Sueño
El héroe de esta aventura.

Y Muerte
La entidad más divertida y codiciada en todos los planos de la existencia.

Conocemos la dinámica familiar de cada uno, quienes son los menores y los mayores, quienes se llevan mejor y quienes se llevan peor, y algunos acontecimientos importantes en el pasado de nuestro eterno soñador. Deseo provoca a Sueño de tal forma que este recuerda un romance que tuvo con una mortal, de nombre Nada, quien rechazó su amor y la condenó a pasar miles de años en el infierno. En esos instantes se dio cuenta de la pobre resolución que tomó con la pobre chica, de modo que decidió embarcarse en una cruzada hacia los abismos del infierno, una vez más, para recuperar su esencia. Lo cual no sería tan fácil, siendo que al señor Lucifer no le caía en gracia.


“Por los amigos ausentes, los amores perdidos,
Los viejos dioses y la estación de las nieblas;
Y que cada uno de nosotros dé al diablo su merecido”.

Sin embargo la batalla de Lucifer y Sueño se pospone ante la declinación del ángel caído de seguir manteniendo el infierno a flote. Sin ánimos de seguir con el plan del creador, abandona su sitio de destierro para adentrarse a nuevas aventuras en el mundo humano. Aquello sorprende a Morpheus, creyendo que aquello es imposible, pero aún así ayuda a Lucifer cortándole sus alas demoníacas. Pero la promesa de destrucción por parte del ser infernal se cumple de cierta forma, al entregarle al Eterno la llave del reino maldito, objeto de incalculable valor, que lo llevaría a tener enfrentamientos con diversas deidades para obtener su poder.


Desde ahí los acontecimientos van y vienen, desde la elección de las fuerzas divinas por la existencia del infierno, hasta ensoñaciones diurnas como también fábulas y reflejos. Todo ello prepara al señor onírico para la recta final, la cual inicia con la persecución de su hermano perdido, Destrucción, en compañía de su pequeña hermana Delirio. Al principio Sueño no se siente entusiasmado, pero luego reconoce detalles que lo involucran directamente en esa expedición, donde tendrá que enfrentarse a su último destino. Dan con su hermano, pero brevemente, alegando que a pesar de ser personificaciones de fuerzas necesarias, ellos pueden elegir si cargar con esas responsabilidades, o irse a probar nuevos misterios. Sin mayores opciones dejan a su hermano partir, a lo que Sueño necesita cumplir una vieja promesa hecha al oráculo que les reveló su ubicación. Morpheus se encuentra con su hijo, que no es otro que Orfeo, el joven romántico que perdió a Eurídice en los posos del inframundo, y que un sencillo error hizo que la perdiera para siempre. En todo este tiempo no había podido morir, y ahora, con su padre, había llegado el momento.



Derramar sangre familiar tiene sus consecuencias, lo que desata la ira de las tres gracias, quienes comienzan a destruir el reino del Sueño, y éste comienza los preparativos de su último cambio. Un final que, cada vez que lo leo, no termino de comprender del todo, quizá hable de la transformación, la culpa, el deseo de libertad, la esperanza o el amor, ¿quién sabe? Quizá todo junto, pero debo decir que la muerte era el último pasaje que le esperaba a este Eterno.


De una u otra forma este nunca fue el inicio y tampoco el final, así es Sandman, y así es la fantasía. Existen muchas otras aventuras en el universo de Neil Gaiman, que he decidido no tratar aquí objetivamente, tanto por la inmensidad de su contenido, como también la significación de cada historia, la cual puede ser tan sencilla o compleja según quien decida darle lectura. Para mí ha sido un enorme placer haber escrito sobre este maravilloso trabajo, y espero haber incitado el deseo de muchos por leerlo. Soy el Guardián Eterno, Maximilian de Zalce; agradezco la amable atención.

Ninguna de las imágenes aquí utilizadas me pertenece bajo ningún motivo.
Su utilización es con motivos de entretenimiento, y único aprendizaje.
Cada obra aquí analizada pertenece a su respectivo dueño y creador.
Sin más que discutir por el momento, gracias por su atención.

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