jueves, 24 de noviembre de 2016

Revelaciones.

REVELACIONES

Mi presencia en este humilde espacio obedece a hacer un breve y fructífero análisis acerca de los últimos grandes acontecimientos en la serie de Dragon Ball Super. La serie desde su primer lanzamiento ha evolucionado, no sólo referente al tema de la animación sino al propio contenido de la narrativa en varios capítulos. Desgraciadamente, y esta es sólo mi impresión, la serie aún no ha dado todo lo que podría dar, pero no me malentiendan, ya que a pesar de todo he podido captar cosas bastante interesantes a lo largo de todas las sagas emitidas.


Desde el estreno de las últimas películas de Dragon Ball Z, La batalla de los dioses y La resurrección de Freezer, el universo mágico de aquellos guerreros dio un enorme brinco, y por ello, como he sugerido en infinidad de veces, el poder de Son Goku se ha incrementado a tal nivel, que sus grandes rivales poseen poderes no menos que divinos. La existencia de deidades poderosas y otros universos desconocidos despertó en muchos fanáticos esta hambre por las teorías y la suposición, movidos a elaborar lo que fuera necesario para formar parte del gran movimiento que estaba en marcha. Estoy seguro que más de una persona, aquellos que se la pasaban horas a la espera de la extinta y desconocida saga de Dragon Ball AF, suspiraron de alegría ante el regreso del guerrero legendario, pero de aquello hablaremos más adelante con mayor énfasis. Mientras tanto, iremos por orden.

LA SAGA DEL DIOS DE LA DESTRUCCIÓN.


Así como la película fue un alivio para muchos, la serie lo fue aún más, pero en mi particular caso, no esperaba que el inicio de Dragon Ball Super tomara en cuenta una vez más los inicios del destructor Bills, aunque en varios sentidos también fue disfrutable. Amén de las sorprendentes luchas, la primera saga tuvo como gran defecto un alto contenido de momentos cómicos que no venían al caso, aunque eso solamente lo sentía así debido a las buenas impresiones de la reciente película, dejándome con ganas de mucho más. Una vez más, insisto, no me malentiendan, porque el contenido de los episodios llega a ser entretenido, pero no dejo de preguntarme qué tan a favor jugó el hecho de haber presentado una película de mayor calidad, que prácticamente te habla del mismo argumento durante la primera saga. Sin embargo, lo más resaltable de todo ello, es que Goku finalmente se enfrenta a un guerrero que sencillamente no puede derrotar, aún habiendo alcanzado una fase superior al Súper-Saiyajin 03, provocando que una gama de infinitas posibilidades provenientes de un universo totalmente desconocido se presentaran ante él.

LA SAGA DE GOLDEN FREEZER.


Por mucho que la proyección de la segunda película de Dragon Ball Z en sí me agradara enormemente, la idea argumental no me llamaba la atención. Sin embargo, es una aventura muy bien desarrollada, plagada de momentos memorables, donde se nos quiere representar una vez más, el épico enfrentamiento entre el tirano conquistador y el guerrero legendario, sin mencionar cómo este último parece más adentrado en los caminos de la divinidad al regalarnos una fase más del Súper-Saiyajin Dios. La serie por otro lado, aunque sirvió para aclarar algunos detalles sobre aquella transformación azulada, debo afirmar que sentí mucho la pesadez de tener que repasar la misma trama una vez más. Aunque claro, posiblemente eso se deba a ver un capítulo por semana, siendo que de lo contrario, la cosa pudo haber estado más ágil. Pero insisto en cuanto a que la presentación de las mismas cosas en cuanto a lo ya visto en el cine, jugó mucho en contra.

LA SAGA DEL TORNEO.



Hambrientos ya de algo distinto, la serie respondió a nuestras plegarias con algo completamente diferente, nunca antes visto, acerca de un enfrentamiento con peleadores de un universo paralelo. Aquello no sólo arrojó algo de luz ante las posibilidades que ofrecían el resto de universos que ahora conformaban el existir de Dragon Ball, sino también memorables batallas que introducían a personajes variados. ¿Seres de resistencia suprema?, ¿Saiyajins y Demonios del Frío en otros universos?, ¿asesinos capaces de hacer temer a los propios dioses? Aquello era algo de admirarse, en especial por el misterio que envolvía a las deidades destructoras por saber qué pedirían a las súper-esferas del dragón.


Batallas legendarias y momentos extraordinarios, los cuales he definido como destellos, instantes donde mi infancia retorna a mi presente de una manera explosiva a través de acontecimientos tan grandiosos como los vistos en el episodio treinta y nueve de la presente saga, donde Goku decide utilizar el Kaio-ken junto al Súper-Saiyajin Blue, ¡sencillamente fenomenal! Todo debido al aniversario de la serie.


Desde ese entonces, todo era un terreno desconocido, con la inclusión de nuevos personajes, algunos viejos, todo a la espera del siguiente gran objetivo a cumplir de los grandes guerreros. Algunos capítulos, no lo negaré, dejaron mucho que desear, fungiendo sencillamente como un momento cómico en toda la travesía, aunque aquello era muy propio del autor Akira Toriyama, sencillamente para hacer contraste no sólo a lo que ha pasado, sino a lo que se cernía sobre el propio futuro. Una vez más, la serie nos impacta con la llegada de un nuevo enemigo, uno desconocido por todos, pero anhelado desde la infancia, algo que se retomó de una forma tan atractiva, que sencillamente me enganchó en todo momento.

LA SAGA DE LA JUSTICIA OBSCURA.
EL ASCENSO DE GOKU BLACK
Y
LA VENGANZA DE ZAMASU.


No hay peor enemigo que aquel que reside en nuestros propios corazones. Una aparición espectacular para todos aquellos que esperaban la llegada de una versión maligna de su héroe favorito, un guerrero nacido de la sombra de nuestro campeón, ni más ni menos que Goku Black. Toda vez que la serie GT nos había dado un adiós triunfal sobre todo lo que tuviera que ver con Dragon Ball, muchos estaban a la espera de algo nuevo; en mi particular caso, apenas estaba redescubriendo toda la serie, y toda vez que logré devorarme capítulo tras capítulo, supe que no había nada nuevo por aquellas fechas. Entonces, con el descubrimiento de la misteriosa saga AF, se rumoraba la aparición de un ser denominado Evil Goku, quien pasaría a ser uno de los grandes enemigos del protagonista en la nueva saga. Claro, aquello era una vil mentira, pero aquello parecía ser una idea latente en el propio autor, y que pudiera retomarlo en la serie actual se me hizo algo de verdad maravilloso.




Aunque claro, no todo podía ser perfecto, o al menos así me parecía, debido que en aquel entonces no paraba de preguntarme el porqué de la inclusión de Trunks del futuro a la nueva serie. El asunto no radicaba en que el personaje me gustara o no, sino que sencillamente nunca me llamó la atención, ni siquiera desde Dragon Ball Z, pero mis opiniones fueron cambiando poco a poco conforme fueron pasando los capítulos. La entrada de Goku Black a la serie se me antojó bastante adecuada, agregando la dosis perfecta de misterio a su origen y propósito para con el resto del universo, sin mencionar el nivel de poder que este personaje tendría en primeras instancias cuando luchó contra Trunks antes de que este iniciara su cruzada hacia el pasado.




Luego del primer encuentro que sostiene Goku Black con Son Goku, vemos la introducción de un nuevo personaje, un divino proveniente del décimo universo, el aprendiz Kaioshin de nombre Zamasu. Luego de algunos acontecimientos y dudas puestas sobre la mesa desde la aparición de Black, Goku tiene su primer encuentro con aquel Kaioshin, quien parece mostrar cierto recelo por los humanos, u otras especies que a su parecer, han desperdiciado el conocimiento de los dioses.



Un primer combate nos permite ver que posee cierta habilidad para la lucha, pero aquel también es el instante preciso donde nace su odio contra los mortales, al considerarlos seres erróneos, innecesarios, incluso de gran peligro si se les permite expandir sus conocimientos. Con esos datos nos permite bosquejar hacia donde va el asunto, pero sobre todo, nos permite conocer a un villano como nunca antes se ha visto anteriormente en Dragon Ball Z, no al menos con ese impacto.
A diferencia de villanos como Freezer, Cell, y Majin Boo, Zamasu se ve a sí mismo como un héroe con la misión de traer la justicia en todos los universos, purificándolo todo de seres vivos inferiores, incapaces de tener trascendencia sobre ellos mismos. No sé si aquello fue una propuesta arriesgada, pero definitivamente fue muy interesante, por no decir que algo atractiva para los fanáticos de Dragon Ball.


Una nueva confrontación contra Goku Black se produce, a lo que atestiguamos el nacimiento del Súper Saiyajin Rose, transformación capaz de superar por breves instantes a la Blue tanto en Goku como en Vegeta. Las intenciones del Kaioshin Zamasu son reveladas, en las cuales robó el cuerpo del Saiyajin para obtener el poder necesario y ejercer su justicia en todo el universo.






La legendaria batalla de los tres Súper-Saiyajin comienza, donde Trunks tiene que apoyar tanto a Goku como a Vegeta contra el dúo divino, quienes realmente les hacen pasar un mal rato. Durante unos instantes se nos revelan las maquinaciones de Zamasu para hacerse con el cuerpo del Saiyajin, así como su viaje en el tiempo para reclutarse a sí mismo, y el tenebroso final que padeció la familia de Goku en manos del Kaioshin. Aquello provocó una reacción bastante interesante en nuestro héroe, que es donde me gustaría hacer hincapié un poco, debido a todas estas constantes críticas sobre ilógicos cambios en la personalidad de Son. Y aunque pudiera estar de acuerdo con algunos, creo que la técnica que están usando es sencillamente la misma con respecto a lo largo de la serie, al mostrarnos a un Goku sencillo y despreocupado que contraste en los momentos de tensión total, cosa que se disfruta enormemente.



Superados ante el enemigo, se ven obligados a huir ante la adversidad, tratando de planear una mejor estrategia para alcanzar la victoria por sobre los enloquecidos dioses. Aunque algunos capítulos arrojan unos datos a la luz, en la red se empieza a rumorear sobre el retorno más esperado de todos los tiempos, el guerrero Saiyajin más fuerte de entre todas las sagas, el legendario Vegito.


Y como la tercera es la vencida, nuestros héroes viajaron a esa época una última vez, con el juramento de no irse hasta vencer o ser vencidos. De esa forma, se nos da a conocer la extraordinaria fuerza alcanzada de Vegeta, la ira divina de Black, la inmortalidad de Zamasu, el intento de seducción de Bulma, el fallido Mafuba de Trunks, entre muchas otras cosas. Y justo cuando la desesperación se apodera de nuestros guerreros, los enemigos deciden utilizar su última táctica para borrarlos de la existencia. Así es, utilizando los denominados pendientes, realizan una gran fusión.


Sin embargo, los poderosos Saiyajin no se rinden ante la nueva deidad, por lo que deciden seguir combatiendo hasta el último gramo de sus fuerzas, realizándose así hazañas prodigiosas, una oposición digna por la supervivencia de toda la humanidad que aún tiene esperanza por un nuevo amanecer.



En los más recientes capítulos que se transmitieron, me vi impactado por la tan esperada aparición del personaje de Vegito, quien terminó siendo más que un rival para el poderoso Zamasu, imponiéndose con una habilidad en el combate amalgamada de los dos guerreros más fuertes, sin mencionar la realización de la esperada técnica Final Kamehameha. Pero aún con ese tremendo poder a su favor, no fue suficiente para detener a la monstruosidad inmortal, sin mencionar que le habían agregado a esa fusión un límite de tiempo bastante preciso.




Obviamente sufrí una gran decepción en cuanto a ese detalle, siendo que esperaba mucho más del guerrero legendario, pero aún así, pude comprender porque se hizo de esa forma, llegando a gustarme el desenlace final de tales circunstancias. ¿Por qué Vegito no derrotó a Zamasu? Es bastante simple: él no debía ser quien derrotara al monstruo. Aquella labor correspondía a alguien más, al único lo suficientemente entregado para defender su mundo de tal amenaza.




Como dije, el personaje de Trunks, aunque en un principio me parecía prescindible, fue escalando de posición conforme la historia se desarrollaba, y pude disfrutarlo mucho más. El poder de la Genkidama que se presenta a Trunks dándole el poder de toda la humanidad en un ataque definitivo, representa para mí un símbolo de unión, una suma de voluntades que permitió impartir justicia sobre el monstruoso inmortal, cuya deformidad, tal como lo mencionó su antiguo maestro durante el capítulo, era un reflejo de su confusión obsesiva y su excesiva búsqueda de orden en el universo. Los ideales de todos permitieron a Trunks encontrar la fuerza necesaria dentro de sí para hacerle frente a Zamasu, volviéndose así, el portador de la esperanza. Más allá de un final filosófico a dicha saga, se me antoja más como un final emotivo, donde el héroe vuelve a casa luego de haber triunfado sobre su más grande adversario, quien resultó ser él mismo al superar sus propios límites.




Espero hayan disfrutado de estas humildes impresiones, tanto como yo disfruté hacerlas para invitar un poco a la reflexión. Estas fueron evidentemente análisis preliminares, porque la historia continúa y es complicado el dar una interpretación objetiva cuando no se ve el cuadro completo. Pero debo decir, que esta última saga la he disfrutado como nunca; este ha sido un gran impulso a la historia de Dragon Ball, y espero que las ideas sigan evolucionando para darnos entrega de más aventuras extraordinarias. Sin más que agregar, me despido con paz en mi ser. Mi nombre es Maximilian de Zalce, el Guardián Eterno; gracias por tan amable atención.


Todas las imágenes aquí utilizadas no me pertenecen de ningún modo.
Su utilización es con el único propósito de enseñar y entretener.
Todas son propiedad de sus respectivos y únicos creadores.
Sin más que afirmar ahora, gracias por su comprensión.

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