UN INESPERADO BIENESTAR
Por
Maximilian de Zalce.
Una amena mañana de enero, alba de revelaciones, me
vi invadido por un inesperado bienestar. Un andar sencillo, cuerpo ligero,
sonrisa en rostro, y de entre los millones de pensamientos que flotaban alrededor
de mi persona, reconocí uno en particular. Comencé el diálogo:
—Una agradable mañana, ¿no es así?
El pensamiento me observó, con algo de inquietud,
sin mencionar sorpresa al dirigirme abiertamente a él. Sonreí ante su
nerviosismo, esperando a que siguiera nuestra necesitada conversación:
¿No le avergüenza hablarme?, ¿justo
aquí?, ¿justo ahora?
Dicha vergüenza nunca ha existido.
¡Pero luego lo tachan de loco o
drogadicto! Porque creen que está hablando solo.
Seguramente eso es lo que hacen. Pero
no me importa. Deseo hablar.
En ese caso…si, es una mañana
agradable.
Luego de una noche obscura, cualquier
amanecer es agradable.
Usted luce muy bien: ropas limpias,
recién rasurado, cabello esponjoso.
Se siente bien estar limpio.
¿O acaso espera impresionar a alguna
jovencita?
¡Ja, ja, ja! Por supuesto que no, mi
amigo, no se confunda. Estos ya no son tiempos de impresión y coqueteo. Cabello
esponjoso, olores dulces, sonrisas tenues, ropas limpias, todo ello es para mí,
nada más y nada menos. Además, ¡para lo que me han servido! No compañero, el
conquistar a una damisela no es mi intención, ya no al menos. Me mantengo
firme, con este aspecto, porque me hace sentir bien al caminar. Como dije,
estos ya no son tiempos de conquista. Si no tienes trabajo, una figura
espléndida, o eres carita, pasas desapercibido siempre por las mujeres. Por
desgracia, el romanticismo, la pureza del alma, las realidades del ser, han
pasado a la moda. ¡Ja! Los temas que saca uno, ¿no crees?
No todas las mujeres son así.
¡En efecto! Tiene usted toda la razón,
¡sería estúpido generalizar! Sencillamente sólo hablo por mí.
¿Y eso? ¿Acaso has vivido alguna
experiencia de ese tipo?
Podría decirse.
¿Y por culpa de una mujer, ahora usted
se encuentra solo?
…No, mi amigo, todo lo contrario. Es
por culpa mía. Hice algo que no debía y ahora me encuentro así. Pero pasado el
dolor, me he permitido reflexionar la situación muchas veces, captando los
puntos claves de aquel comportamiento. En
soledad siempre encuentro algo distinto.
¿Y aún con todo ello, no ha encontrado
a la indicada?
Puedo suponer que aún no es el
momento. De todas formas no corro prisa.
Cómo me gustaría verlo al lado de
alguien que le quisiera.
Hay mucha gente que me estima, mi
buen amigo. Siempre están conmigo, de una forma u otra. La soledad, siempre lo
he dicho, es dar un paso con los ojos cerrados, te sumerges en la reflexión, al
dolor y a la tristeza. Pero también, es dar un paso con los ojos abiertos,
porque contemplas algo inmutable en tu ser.
¿Y qué es ese algo?
Los recuerdos, mi amigo,
Siempre son los recuerdos.
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