viernes, 13 de enero de 2017

La travesía del guardián.

LA ERA DE LAS POSIBILIDADES
Presenta:


Una historia que comenzó como un sueño

Un sueño que se volvió una realidad

Una realidad que volvió al sueño

Y terminó transformándose en un inicio


SUEÑOS DE UN CREADOR

LA TRAVESÍA DEL GUARDIÁN

El sueño extraordinario.

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“Siempre que las noticias del mundo atenazan la fe que tengo en la humanidad, y cada vez que soy testigo de cómo mi patria (que no el país) se desploma por el peso de su involución, me aferro al regalo más grande que me dieron mis padres: la insoslayable certeza de que al final, lo virtuoso reinará sobre lo inhumano, y que el amor, por causa y efecto, devendrá en nuestra sociedad”.

Promesa de un artista.
David Arneth Cohen Ruíz.

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He comprendido que el equilibrio no es el opuesto del caos, sino una de sus infinitas posibilidades. Su auténtica hermana, lo único que se antepone y complementa a dicha fuerza primordial, es el poder de crear, y que este tenga un propósito único. El caos igual permite creación, pero no necesariamente con un propósito, muchas veces explorando los terrenos del azar en el existir de toda vida humana. Ambas componen un ciclo, el cual permite la interiorización, la reflexión, y la liberación. Aspiro a esa libertad, no a la pobre parodia salvaje que atestiguamos día con día, sino una que nos permita abrazar al caos y la creación, el miedo, la soledad y el dolor, la sencillez y la complejidad, el todo y la nada en un sentir, en un latido único que da paso a nuevas vidas en el mundo.

Aspiro a la libertad de lo extraordinario.

Ese es mi sueño.
Una habitación obscura.
Maximilian de Zalce
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Mi principal motivación al realizar este escrito, es la de dar orden a varios acontecimientos y pensares que me han invadido últimamente, e intentaré unir dichas reflexiones con la reciente situación de nuestra sociedad y el mundo entero. Sin embargo, tengo que aclarar que me sentía bastante renuente a la elaboración de estos argumentos, por la sola razón de que no soy versado en temas políticos o de índole global, de modo que mis interpretaciones nacerán a partir de diversas experiencias.
Iniciaré con un hecho de mi pasado, que casualmente ha estado rondando mi cabeza estos días, acerca de un viejo compañero y amigo de secundaria, de nombre Sajid. Como yo, era un niño solitario, con variados gustos por las caricaturas y el anime que pasaban por la televisión en aquel tiempo, misma razón que nos hacía muy unidos en temas como Dragon Ball, Yu-gi-oh, y Naruto, siendo ésta última seguida con mucha solemnidad por mi compañero. Aunque por un tiempo llegué a ver dicho anime, nunca me ocurrió nada tan transcendental con la misma como para ocupar un lugar entre mis series predilectas, siendo que mis preferencias ya estaban muy marcadas en aquel entonces por otro mítico personaje. En mi ensayo La época Extraordinaria hago énfasis en la figura de Son Goku no sólo en mi vida, sino en mis escritos, por aquel tiempo donde dicho anime era contemporáneo de otras grandes series en el canal de Cartoon Network, en conjunto con Nickelodeon y Jetix, pero todo ello sobra decirlo. A diferencia de Dragon Ball, la serie de Naruto, en un mundo de ninjas que viven aventuras prodigiosas y misiones de vida o muerte, toca mucho la temática del abandono y la soledad, que es precisamente a donde quería aterrizar este asunto. En aquellos tiempos, nunca hice la relación del porqué a mi compañero le gustaba tanto dicha serie, siendo que obviamente se sentía identificado con el personaje principal, por este mismo deseo de aceptación.
Ambos éramos objetos de burlas por aquellos años, pero también tuve la oportunidad de conocer la difícil situación que él vivía en su casa, claro no a profundidad, y obviamente no ahondaré en detalles. Puedo afirmar que me siento arrepentido por no haberme dado cuenta en aquel tiempo, siendo que había una enorme indiferencia por mi parte sobre aquella realidad en la vida de Sajid, aunque eso nos hizo aprovechar los pocos segundos que teníamos en tardes de juego o salidas al cine; igualmente, parte de lo mismo me llevó a incluirlo como un personaje más dentro de mi primera historia Al terminar un camino se empieza otro, siendo uno de los héroes protagónicos durante la segunda saga, la del Súper-demonio. En la actualidad no tengo ningún contacto con Sajid, por lo que aprovecho estos breves instantes, si es que él está leyendo estas humildes palabras, sólo para decirle que lamento mucho esa actitud mía, y espero que se encuentre bien, apelando a todos esos momentos maravillosos que pasamos juntos.
Lo que intento decir con este hecho inicial, es sacar a relucir un concepto en específico, que a simple vista pueda resultar inofensivo, pero que a mayores niveles puede resultar perjudicial para toda vida humana, tanto individual como en conjunto: la indiferencia.
Las recientes festividades de Navidad y Año Nuevo me han hecho reflexionar sobre las experiencias que he tenido con respecto a estas celebraciones durante toda mi vida, y puedo decir que ha sido una relación ambivalente debido a muchas circunstancias. Momentos buenos y malos, pero han sido los instantes pésimos y de gran ansiedad las que han provocado una creciente indiferencia por mi parte, y la pérdida total de un trasfondo significativo.
Como toda festividad, es un momento de transformación, elecciones que determinan un porvenir, y existe un ritual de ofrecimiento, das algo a tus prójimos; no sólo me refiero a regalos o cenas en familia, ¡que también poseen una significación importante!, sino acciones tan sencillas como el abrazar, sonreír, besar, regalos invaluables que provocan recuerdos, algo inamovible y eterno en tu interior. Dichos recuerdos trazan una línea muy delgada entre el pasado, el presente, incluso el futuro, aunque el mañana alberga muchos misterios así como lo extraordinario se presenta en muchas formas. La vida es un ente multidimensional, funciona a través de muchas posibilidades, que aunque nuestras decisiones puedan trazar gran parte de nuestro camino, muchas veces nos vemos asaltados por situaciones inesperadas, porque a diferencia de la literatura universal, nuestra realidad como seres humanos ofrece una naturaleza contradictoria, así como una condición impredecible ante los acontecimientos. Por ello es triste que de un tiempo para acá, tengamos una disposición a actitudes inmediatas que nos hacen sentir seguros, ajenos al caos, al dolor, a la soledad, y tantas cosas tan bellas y necesarias en nuestro existir. Y como resultado, incluso el silencio, fiel amigo de la reflexión, ha llegado a tener una connotación destructiva.
Muchos hablan de intereses privados, de teorías conspirativas, distractores y pantallas de humo que asolan a nuestra población, y aunque cada elemento tenga cierto grado de validez, no podemos ser ignorantes al auténtico problema: tenemos miedo al cambio. Estamos en vías de heredar ese mismo miedo a las futuras generaciones, encaminándonos a la pérdida de nuestros valores más básicos y lógicos. Cada uno puede formular sus propias interpretaciones al respecto, sobra decir que es válido, pero lo que no es válido es que seamos indiferentes de nosotros mismos, y con ello recurrir a varias formas de violencia contra el prójimo; la caridad se vuelve imposición y en lugar de regalos damos patadas.
Hace algunos días me encontré un video en la red realizado por el investigador David Parcerisa, acerca de experiencias paranormales en los terrenos oníricos, es decir, del sueño. De un tiempo acá he disfrutado sus interpretaciones con respecto a varios temas, degustando su postura acerca de los orígenes de nuestra especie, y la mitología enlazada a seres llamados Annunaki, todo ello sin afectar mi propio sistema de creencias. Sin embargo, me llamó la atención este último trabajo suyo, siendo que hace poco publiqué una teoría acerca del mítico Ladrón de los sueños, personaje creado por Jacinto Benavente en su poema del mismo nombre, y casi al final de su discurso, menciona algo de mucho interés:

“…Posteriormente me he dado cuenta, en experiencias nocturnas desagradables, lo que podríamos llamar, los famosos visitantes de dormitorios, que tú puedes sentir que hay una presencia en la habitación: te despiertas, y ves que no puedes moverte, es la parálisis, lo que los psicólogos llaman la parálisis del sueño, pero que muchas veces va acompañada con presencias u entidades”.
“En esos momentos, cuando tú te asustas, notas más esa especie de catalepsia, y que hay alguien ahí que de alguna forma, te está interviniendo o quiere absorber tu energía, notas como una debilidad general en el cuerpo. Bien, pues ahí es cuando uno debe enfrentarse con ese fenómeno, con esas presencias, y lo que yo os aconsejo amigos, es utilizar un símbolo, utilizar un arquetipo. En mi caso, por ejemplo, pues yo siempre veía a Superman, simplemente es un arquetipo, pero eso sirve porque ese símbolo te representa a ti, tú te identificas con él, y puedes hacerte fuerte con eso…”.

Cabe aclarar que seguimos explorando los terrenos de la suposición, pues ya había explicado en dicho documento, que tales fenómenos podían obedecer a otros síntomas, como el cansancio o la preocupación, pero cuando habló acerca del símbolo, y cómo este surge a partir de ti y tus creencias, inmediatamente me remitió a lo que había explicado en aquella ocasión, acerca de dónde me encontraba durante el sueño. Igual menciona que los símbolos no sólo pueden ser personas, sino animales u objetos, ¿pero qué tal si también son lugares? En todo caso, mi símbolo para defenderme en esa ocasión, fue la figura de mi hogar anterior, la vieja casa en la que vivía antes de mudarme al lugar donde resido actualmente. Igual había insinuado que no se necesitaba ser psicoanalista de ningún tipo para descifrar lo que significaba, siendo que como muchas veces he hecho mención de esta infancia gloriosa, por obvias razones también engloba mi antiguo hogar, mi antigua habitación, y por lo tanto, todo se deriva de la nostalgia.
Dicha nostalgia obedece al miedo, el temor al cambio que he citado anteriormente, porque ir más allá de terrenos explorados, implica enfrentarse directamente a lo desconocido. El símbolo de mi antiguo hogar me trae dicha cada vez que lo recuerdo, pero también soy consciente de que aquello era una protección de un mundo que había perdido interés para mí, pero ahora no puedo permitirme escudarme en esa indiferencia. Sobre esas experiencias oníricas, no dejo de preguntarme, ¿qué existe más allá?, ¿qué hay afuera del símbolo?, ¿qué permanece oculto en las sombras?, ¿porqué aún me es ajeno en sueño? Eso se traduce en las diferentes preocupaciones que siento yo de mi entorno, así como cualquier ser humano. Y precisamente ese temor al cambio, a la transformación, es lo que genera consecuencias para toda una sociedad. La compañía teatral Orchestra Artes Escénicas me ha enseñado bien los propósitos creadores del arte, y con ello he definido que un artista no puede abordar un problema desde la superficie prójima, sino desde la realidad interior para comprender los matices y rasgos más específicos de toda amenaza y de todo caos, porque todo conlleva un núcleo que es causa y consecuencia hasta su desborde.
Por ello, en estas festividades, me dediqué a la creación, en regalar nuevas historias al mundo; si con ello logré provocar un poco de reflexión, discernimiento, aunque sea una leve sonrisa o avivar recuerdos gloriosos, entonces me habré dado por bien servido, haciéndome sentir la misma ilusión de cuando niño abría mis regalos, por mi madre al ofrecerme una comida tibia, o aquel inesperado bienestar en una habitación obscura. La indiferencia, a la par de la maldad virtuosa o la brutalidad descabellada, es algo que debe enfrentarse con creación, y ésta debe darse con propósito y cambio, ¡el ascenso de los ángeles caídos!, la redención y la añoranza. El arte, nuestro arte, el de los artistas, el de los creadores, el de todo ser humano con un sueño y voluntad, no puede ser indiferente, no debe ser indiferente. He ofrecido mis dones al mundo, no por trueques hipócritas u otras cuestiones, sino porque, a pesar de todo, a pesar de las acciones cometidas, de los errores y derrotas, de la terrible culpa que he sentido por el dolor provocado a seres cercanos a mí…aún tengo fe, en mis historias, en mi labor, y en el sueño extraordinario.


Maximilian de Zalce.



PRÓXIMAMENTE.

sábado, 7 de enero de 2017

Un inesperado bienestar.

UN INESPERADO BIENESTAR
Por
Maximilian de Zalce.

Una amena mañana de enero, alba de revelaciones, me vi invadido por un inesperado bienestar. Un andar sencillo, cuerpo ligero, sonrisa en rostro, y de entre los millones de pensamientos que flotaban alrededor de mi persona, reconocí uno en particular. Comencé el diálogo:

—Una agradable mañana, ¿no es así?

El pensamiento me observó, con algo de inquietud, sin mencionar sorpresa al dirigirme abiertamente a él. Sonreí ante su nerviosismo, esperando a que siguiera nuestra necesitada conversación:

¿No le avergüenza hablarme?, ¿justo aquí?, ¿justo ahora?

Dicha vergüenza nunca ha existido.

¡Pero luego lo tachan de loco o drogadicto! Porque creen que está hablando solo.

Seguramente eso es lo que hacen. Pero no me importa. Deseo hablar.

En ese caso…si, es una mañana agradable.

Luego de una noche obscura, cualquier amanecer es agradable.

Usted luce muy bien: ropas limpias, recién rasurado, cabello esponjoso.

Se siente bien estar limpio.

¿O acaso espera impresionar a alguna jovencita?

¡Ja, ja, ja! Por supuesto que no, mi amigo, no se confunda. Estos ya no son tiempos de impresión y coqueteo. Cabello esponjoso, olores dulces, sonrisas tenues, ropas limpias, todo ello es para mí, nada más y nada menos. Además, ¡para lo que me han servido! No compañero, el conquistar a una damisela no es mi intención, ya no al menos. Me mantengo firme, con este aspecto, porque me hace sentir bien al caminar. Como dije, estos ya no son tiempos de conquista. Si no tienes trabajo, una figura espléndida, o eres carita, pasas desapercibido siempre por las mujeres. Por desgracia, el romanticismo, la pureza del alma, las realidades del ser, han pasado a la moda. ¡Ja! Los temas que saca uno, ¿no crees?

No todas las mujeres son así.

¡En efecto! Tiene usted toda la razón, ¡sería estúpido generalizar! Sencillamente sólo hablo por mí.

¿Y eso? ¿Acaso has vivido alguna experiencia de ese tipo?

Podría decirse.

¿Y por culpa de una mujer, ahora usted se encuentra solo?

…No, mi amigo, todo lo contrario. Es por culpa mía. Hice algo que no debía y ahora me encuentro así. Pero pasado el dolor, me he permitido reflexionar la situación muchas veces, captando los puntos claves de aquel comportamiento. En soledad siempre encuentro algo distinto.

¿Y aún con todo ello, no ha encontrado a la indicada?

Puedo suponer que aún no es el momento. De todas formas no corro prisa.

Cómo me gustaría verlo al lado de alguien que le quisiera.

Hay mucha gente que me estima, mi buen amigo. Siempre están conmigo, de una forma u otra. La soledad, siempre lo he dicho, es dar un paso con los ojos cerrados, te sumerges en la reflexión, al dolor y a la tristeza. Pero también, es dar un paso con los ojos abiertos, porque contemplas algo inmutable en tu ser.

¿Y qué es ese algo?

Los recuerdos, mi amigo,
Siempre son los recuerdos.